martes, 1 de diciembre de 2009

Corrupcion financiera del Sistema Financiero Venezolano

Ricardo Fernandez Barruecos uno de los boliburgueses venezolanos que cayo en desgracia con Hugo Chavez.
vdebate reporter
En un oscuro calabozo de la Disip, solo y rumiando su “desgracia”, sin compañía de quienes desde el gobierno se enriquecieron con él, se encuentra uno de los boliburgueses devenido multimillonario a gran velocidad, y bajo el amparo del régimen socialista. ¿Por qué no están en el mismo calabozo los Ministros que le dieron créditos, permisos y dólares para que construyera su emporio industrial, económico y financiero? ¿Por qué no acompañan a Ricardo Fernández Barrueco los altos burócratas que cobraron su parte? En los negocios del diablo no se actúa en solitario: articular con el poder es indispensable.

Chávez es plenamente predecible. Lo sostengo. A diferencia de lo que muchos creen, es fácil saber cómo reacciona. Él es de quienes pasa cuenta. Él es mala paga con quien le sirve. Él es miedoso y huye, se esconde, pide perdón y habla en voz baja cuando se siente descubierto o derrotado. Él busca siempre un culpable. Él hecha al pajón a Fernández Barrueco, al quedar plenamente descubierta la boliburguesía corrupta. Él necesita un chivo expiatorio. Era predecible que dijera que no conocía al fracasado banquero, único proveedor de Mercal, a quien le debe favores personales, y en cuyos aviones viajan familiares suyos, y viajó Antonini con maletas de la corrupción socialista.

El predecible Chávez intentará en cualquier circunstancia quedar de pie, por lo que arremeterá siempre, a última hora, contra delitos e irregularidades como si no fuera su problema, como si no tuviera ya once años gobernando: “Ahí hay unos ricachones que no se sabe de dónde sacaron tanto dinero”, se le escuchó decir. Cuánto descaro. Él conoce bien a los ladrones del régimen y a los grupos de los enriquecidos en sus narices, a los neorricos socialistas. Él sabe de los cuatro grupos de la mafia boliburguesa. Por supuesto que conoce a Fernández Barrueco, testaferro de Adán Chávez, fue él quien dio la cara en la compra de los Bancos Confederado, Banpro, Canarias y Bolívar. Es el mismo dueño de industrias y hatos, con inversiones multimillonarias en Panamá, donde tiene la mayor parte de su capital que se mide en millones de dólares.

Bien conoce Chávez los otros tres grupos denunciados de la boliburguesía corrupta: el de José Vicente Rangel, con Pedro Torres Ciliberto como testaferro, dueño de los Bancos Central y Real; el de Diosdado Cabello, que dirige Rafael Sarría y en el que -como ha sido denunciado- tiene también como socio al Director de la DIM, Hugo Carvajal; y el de Jesse Chacón, en el que da la cara su hermano Arné Chacón, convertido en banquero de la nada. El Diputado Ismael García asevera que los casos de “Al Capone y Recadi pasarán ante la historia como arrebatones de carteras, frente a estos hechos”, hasta ahora amparados por el régimen.

Como ha sido dicho -a propósito del affaire Fernández Barrueco- no estamos frente a un caso de corrupción, sino ante la corrupción plena del sistema financiero, prostituido por los neobanqueros, neorricos boliburgueses, bajo el amparo de la justicia que no llega sino a quienes pierden el favor del jefe, o caen ante la necesidad de que el jefe se justifique, para quedar parado, gritando siempre aquello de agarren al ladrón: “banquero que se resbale, pierde, le quito el Banco, sin importarme el tamaño que sea. No tengo problema en nacionalizar la banca”.

“Chávez tiene que enterrar el hacha en el hueso de la corrupción”, dice el Vicepresidente de la Asamblea Nacional, el diputado José Albornoz, del PPT, aliado del PSUV. José, no seas tan cándido, a ese hueso no le puede enterrar el hacha, porque le terminaría doliendo a él. No te hagas el paisa, tú sabes que el hueso y la médula de la corrupción están en la burocracia podrida y en la boliburguesía neorrica. Si no tuviésemos otras razones para la lucha, ésta de castigar a quienes desangran el patrimonio público y se enriquecen con el hambre del pueblo sería suficiente. A la calle, no más silencio frente a la podredumbre oficial.

PACIANO PADRÓN

Telefax: (0212) 482-4569 / Celular: (0414) 328-1848

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