Mataron a Pedranez por no ayudar a la guerrilla

"al Gobierno no le conviene esclarecer este caso porque se pondría al descubierto los lazos de amistad y cooperación que tendrían con las FARC"."

Saturday, May 09, 2009

De la edición de hoy del diario La Verdad de Maracaibo.

Mataron a Pedreáñez por no ayudar a la guerrilla


La Verdad - Sergio Villasmil - Santa Bárbara del Zulia - 04/05/2009 00:01 04

Hoy se cumplen cinco años de la muerte del soldado Ángel Ciro Pedreáñez Mendoza, de 20 años, quien permaneciera un mes y cuatro días en la unidad de quemados del Hospital Coromoto de Maracaibo, luego de producirse un incendio en la celda de castigo de Fuerte Mara. Ese hecho se registró el 30 de marzo del 2004, donde resultaron quemados ocho soldados pertenecientes al 105 Batallón de Ingenieros de Combate General en Jefe Carlos Soublette.

Como se recordará, dos de los ocho quemados que murieron días después eran oriundos de las poblaciones de Santa Bárbara de Zulia y El Vigía, estado Mérida. Fueron identificados como Orlando Bustamante (21), fallecido el 4 de abril de 2004 en el Hospital Militar Carlos Arvelo de Caracas, y Ángel Ciro Pedreáñez Mendoza (20), cuya muerte se suscitó el 4 de mayo del mismo año en el Hospital Coromoto de Maracaibo.

En el presunto incendio también resultaron heridos Alcides Martínez (20), César Cambar (23), Abraham Mena (19), Eusebio Reyes Galvez (19), Ángel Enrique Medina (21) y Mauricio Pulgar Áñez (23).

Énder Pedreáñez, padre de Ángel Ciro Pedreáñez, dijo a La Verdad que “los que mataron a mi hijo están tranquilos en la calle; cómo es posible que después de un mes y cuatro días, cuando ya mi hijo hablaba y caminaba y me lo iban a dar de alta, mi muchacho se muere al otro día”.

Temeraria acusación

Con su voz un tanto resquebrajada, la mirada perdida y con una foto de su hijo en las manos, Elsa Mendoza de Pedreáñez recordó que habló con su hijo. “Él me dijo: 'Mamá, me compras una pantaloneta amarilla, unas gomas y franela sin mangas para salir de aquí'. Él dijo que había un teniente que le hacía la vida imposible y que los quería matar porque se negaron a llevarles armas y municiones a la guerrilla colombiana”.

Manifestaron que en las oficinas de Fuerte Mara reposan dos cheques, uno por concepto de indemnización por un millón de bolívares y otro por 50 mil bolívares de los viejos por concepto de entierro. “La vida de nuestro hijo no vale eso, un millón de bolívares cuesta un perro en una tienda de mascota, y con 50 mil bolívares no se entierra un indigente tirado en la calle”.

Agregaron que a los soldados los quemaron con un lanzallamas desde afuera y que "al Gobierno no le conviene esclarecer este caso porque se pondría al descubierto los lazos de amistad y cooperación que tendrían con las FARC".