domingo, 2 de septiembre de 2007

El des-integrador

VenEconomia OpinaVenEconomía Opina 31-08-2007
El des-integrador


Han pasado más de 60 días, desde que el mandatario venezolano emplazara a los países del Mercosur a aprobar la entrada de Venezuela como miembro pleno en un plazo no mayor de 90 días. De lo contrario, advirtió en esa oportunidad, Venezuela retiraría su solicitud de ingreso. Desde entonces, todo pareciera indicar que Hugo Chávez está cada vez más lejos de recibir de los parlamentos de Paraguay y Brasil el indispensable plácet, para ingresar como miembro pleno de este bloque comercial.
Esta semana, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Paraguay, Alfredo Ratti, afirmó que el ambiente para el ingreso de Venezuela como miembro pleno de Mercosur no era bueno. Esta renuencia del Parlamento de Paraguay al ingreso de Venezuela al Mercosur, se acentuó a raíz de que la prensa paraguaya publicara un documento confidencial del Gobierno venezolano, donde se develaba un supuesto plan para "influir" en las fuerzas armadas, policiales, funcionarios de Gobierno, partidos políticos y estudiantes de Suramérica.

Ratti sostiene que el empeño de Chávez de expandir su ideal bolivariano más allá de las fronteras venezolanas, hace difícil tomar "una decisión racional, equilibrada y justa". Por ahora. los parlamentarios paraguayos se tomarán su tiempo para "analizar el tema", aún con el ultimátum a cuestas.

Otro indicio de que Chávez no tiene fácil su ingreso a Mercosur, son las áridas relaciones que estaría teniendo con Brasil y su homólogo Luiz Inàcio Lula da Silva. Las relaciones de los dos mandatarios se hicieron más tensas a raíz del comunicado de rechazo del Senado brasilero por el cierre de RCTV, que ocasionó un impasse con Chávez (incluyendo sus acostumbradas descalificaciones al adversario). Por un lado, Lula mató al Gran Gasoducto del Sur, un proyecto de $23 millardos que, pasando por la Amazonía brasileña, conectaría a Venezuela con Argentina para el envío de reservas venezolanas de gas natural costa fuera. Y por otro, dos recientes declaraciones, indican que las cosas podrían ponérsele peor a Chávez. En una, el presidente de Petrobrás, José Sergio Gabrielli, afirmó la construcción de la refinería Abreu de Lima, no se aplazaría por la falta de un acuerdo con PDVSA. Y en otra, Lula sentenció que "cuando un presidente se cree imprescindible, nace un dictador", en clara referencia a las pretensiones de Chávez de elegirse Presidente indefinidamente.

Todo esto sin mencionar el distanciamiento del Gobierno de Argentina y su "amigo" Néstor Kirchner, por el escandalazo del maletín de los $800.000.
Esa tirantez con los nuevos socios del Mercosur incrementa el aislamiento del Gobierno venezolano que, en su soberbia, ya ha dejado de lado a la Comunidad Andina y al Grupo de los Tres (G-3). Sin embargo, a pesar de lo que sugiere la retórica oficial, el aislamiento no ha sido impuesto por otras naciones, enfrentadas a Venezuela, sino que ha sido el resultado de conductas hostiles del propio Gobierno venezolano y del afán imperialista de Chávez.
La posición venezolana marca un significativo contraste con la actitud de otros países en desarrollo, que avanza en una febril búsqueda de relaciones comerciales cada vez más intensas.

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