Chavez ganara el cambio de constitucion
Las votaciones en Venezuelan son fraudulentas, que opcion nos queda?
vdebate reporter
Gustavo Linares Benzo //
Presidencia vitalicia
Es perder el tiempo pretender que este es un debate de Derecho Constitucional. Debe ser muy incómodo para los políticos chavistas defender la presidencia vitalicia. Siendo mínimamente demócratas, algunos lo son y más, tienen que decir ridiculeces en los programas de opinión como que lo importante de la reforma constitucional es el socialismo del siglo XXI o la nueva geometría del poder, o entrar en ininteligibles disquisiciones sobre la autonomía delCentra l, la masa monetaria y la inflación.
El fenómeno de la pena ajena encuentra ante estos malabarismos su expresión más acabada. Algunos recuerdan todavía la "Gran Jaladera" del entonces Gran Magistrado Luis Velásquez Alvaray, hoy cuasi leproso y destituido, cuando propuso primero que nadie la monarquía electiva socialista, a la cual propios y extraños reaccionaron con rubor y asco.
Hoy esos mismos quiebran lanzas ante la idea salvadora de la patria, aspirando a un lugar en la corte del presidente vitalicio, quizás como marqués del Samán de Güere o bufón de palacio (que le tocará sin duda al Conde 'er Guácharo).
Cuando este frenesí pase, que nadie sueñe con epopeyas al estilo acorazado Potemkim, la Sierra Maestra u otros íconos de la historiografía marxista. Lo que ocurre esambición tan desnuda como Somoza o Tito, con lacayos tan adulantes como GilFortoul. Es perder el tiempo pretender que este es un debate de Derecho Constitucional.
Puede serlo el tema de la autonomía del Banco Central, el del federalismo o de los límites a la propiedad privada. Pero no la presidencia vitalicia. Porque el argumento de que la alternabilidad se respeta porque cada siete años habrá elecciones no resiste un análisis moderno, que utilice las herramientas que pusieron de moda precisamente los marxistas: los efectos reales de las instituciones jurídicas.
Los presidentes no pierden elecciones en ninguna parte del mundo, ni en AméricaLatina ni mucho menos en Venezuela. Y estamos hablando de elecciones limpias, no de fraudes. El efecto "mejor es malo conocido que bueno por conocer" unido al enorme poder que da el Gobierno le dan una ventaja casi insuperable al presidente en ejercicio sobre sus contendores. Si a ello le añadimos que el Gobierno ha convencido a la población de que sabe por quién vota cada ciudadano -más allá de que ello sea verdad o no- y que castiga implacablemente a sus enemigos políticos, los que firmaron, con la muerte civil, ¿quién no va a votar por Chávez?
glinares@cjlegalEtiquetas: Luis Velasquez Alvaray
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