jueves, 2 de agosto de 2007

LOS PAÍSES MÁS CORRUPTOS DEL CONTINENTE

LOS PAÍSES MÁS CORRUPTOS DEL CONTINENTE
Por Andrés Oppenheimer / El Informe Oppenheimer


Si usted se preguntó alguna vez cuáles son los países más corruptos del continente, un nuevo estudio del Banco Mundial tiene la respuesta: los campeones regionales de la corrupción son Haití, Venezuela y Paraguay.

El ranking está enterrado dentro de una avalancha de estadísticas en el nuevo estudio del Banco Mundial, titulado La Gobernabilidad Importa 2007: Indicadores Mundiales de Gobernabilidad 1996-2006, que incluye una escala de la efectividad en el control de la corrupción de 212 países en todo el mundo.

Claro que el Banco Mundial no publicó estos datos bajo el título de “ranking mundial de la corrupción”, probablemente temiendo que varios países miembros armarían un escándalo si aparecían clasificados entre los más corruptos. En cambio, el Banco Mundial publicó la lista de los países por orden alfabético, con cifras de cómo funcionan sus respectivos controles contra la corrupción en una escala del 1 al 100.
Esta forma de disimular los datos no obstó, sin embargo, para que se produjera una tormenta política dentro del Banco Mundial: funcionarios de Argentina, China y Rusia se quejaron oficialmente a la dirección de la institución por el informe, según me confirmaron funcionarios del Banco Mundial después de que The Financial Times y Reuters reportaron la queja de los tres países.

En rigor, no se necesita ser un genio para poner la lista alfabética de países y los datos correspondientes en un programa de cómputo, y obtener el ranking mundial en varias de las seis categorías incluidas en el estudio, incluida la de “control de corrupción”. Un economista del Banco Mundial me hizo este ranking, y obtuvo los siguientes resultados:

—Haití es uno de los países más corruptos del mundo, con un percentil del 2.4, lo que significa que el 97.6 por ciento de los países del mundo son más eficaces en controlar la corrupción que Haití. Venezuela ocupa el segundo puesto en el ranking de corrupción regional, con un percentil de 12.6, y Paraguay tercero, con 13.6.

—Otros países de la región que aparecen por debajo de la mitad de la lista de efectividad en el control de la corrupción de 212 países son Honduras (22.3), Nicaragua (23.8), Ecuador (24.8), Guatemala (26.7), Bolivia (31.1), Argentina (40.8), Perú (45.1), México (46.6), y Brasil (47.1).

—Los países en la región que están por encima de la mitad de la lista, o sea que están teniendo más éxito en controlar la corrupción que el promedio mundial, son Costa Rica (67), Uruguay (75.2), Estados Unidos (89.3), Chile (89.8) y Canadá (93.7). El país menos corrupto del mundo, según este ranking, es Finlandia, con 100 puntos percentiles.

Daniel Kaufmann, el funcionario del Banco Mundial que dirigió el estudio, dice que la gigantesca base de datos está basada en encuestas a cientos de miles de ciudadanos, ejecutivos y expertos alrededor del mundo, compilada por 33 organizaciones, incluyendo Latinobarómetro, y Freedom House.

Cuando le pregunté qué país de América Latina ha caído más desde que el Banco Mundial empezó a compilar estos indicadores, Kaufmann señaló a Venezuela. “En los últimos ocho años, ha habido un deterioro importante en Venezuela”, señaló.
Por el contrario, Paraguay —aunque figura entre los más corruptos— ha mejorado algo, y tanto Colombia como Chile están mejorando cada vez más, al punto de que Chile ya ha llegado a un empate estadístico con Estados Unidos, afirmó.

Mi opinión: Mi primera reacción cuando escuché sobre el ranking del Banco Mundial fue preguntarme si la institución financiera tiene la autoridad moral para medir la corrupción mundial: el propio Banco Mundial acaba de estar en el centro de un escándalo de corrupción, cuando se encontró que su ex presidente Paul Wolfowitz le había dado un trabajo muy bien remunerado en el banco a su novia.
Pero cuando Kaufmann y otros me recordaron que el Banco Mundial actuó rápidamente en el caso y despidió Wolfowitz —lo que es más de lo que hace la mayoría de los países cuando sus presidentes les encuentran un buen empleo a sus novias— decidí darle el beneficio de la duda al estudio.

Los resultados del ranking no me sorprendieron. Haití ha estado en caos desde hace décadas, y Venezuela está atravesando por uno de sus periódicos booms petroleros que desatan una orgía de corrupción, agravada en esta oportunidad por un régimen autoritario que ha suprimido mecanismos de control independientes y ha limitado la libertad de prensa.
La buena noticia para América Latina es que el ranking muestra que la corrupción no es un fenómeno biológico, ni geográfico: Chile tiene los mismos o menores niveles de corrupción que Estados Unidos, y Uruguay y Costa Rica figuran como países menos corruptos que Grecia o Italia. O sea que, con instituciones democráticas, una prensa libre y un servicio civil profesional —no politizado—, la corrupción puede ser reducida en cualquier país del mundo.
© 2007 El Nuevo Herald

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