Locuras de mayo (Locuras de Hugo Chavez)

EL NACIONAL - Viernes 21 de Mayo de 2010
Opinión/7

Opinión
El Editorial

Locuras de mayo
¿Especuladores? De manera similar a cómo el Gobierno crea las condiciones para el desabastecimiento de productos básicos y luego persigue a los buhoneros acusándolos de especuladores, también en materia monetaria la confusión y el desconcierto llevan a la escasez y al aumento de precio de las divisas, que es el gran caldo de cultivo para la formación de mercados paralelos, negros o de permuta.

Por lo pronto, la suspensión por quince días del mercado paralelo (inventado y promovido por el propio gobierno bolivariano), hará que quienes necesiten dólares con rapidez acepten pagar cualquier precio por esa moneda, y quienes dispongan de dólares saquen provecho de esa urgencia. Como además se ha eliminado y criminalizado toda información de referencia sobre el dólar paralelo, las operaciones de compra-venta serán más irregulares y oscuras.

En estas condiciones, la tendencia represiva del régimen encontrará un nuevo y amplio campo de actuación. La Guardia Nacional Bolivariana y los cuerpos de seguridad serán los nuevos protagonistas de la vida económica, porque a los supuestos especuladores "no hay que darles ni pan ni agua" y "se les debe eliminar de manera implacable".

A los ministros de la economía, que aguantan callados ante las locuras y normas absurdas impartidas desde Miraflores, no les queda más remedio que lanzar al aire dictados moralistas sobre la necesidad de consumir menos (evitar ir al cine o comprar libros, por ejemplo) e importar sólo lo indispensable. Y, mientras tanto, seguirán tratando de cuadrar el círculo y peleando entre ellos.

Aunque eso no es lo más grave. La mayor dificultad radica en que intentan prolongarle la vida a una política que ya no es viable. No se trata de la existencia de un control de cambios, que en ciertas circunstancias puede ser aceptable, sino que se olvida aquello que cualquier estúpido entiende: cuando se tiene la mayor inflación de la región, y probablemente del mundo, no se puede mantener una tasa de cambio fija durante varios años.

La devaluación de enero fue insuficiente y la pugnacidad que ha dominado la economía nacional desde entonces la hizo más precaria. Anular estos hechos por decreto sólo conduce a un mayor alejamiento de la realidad. Y esta enajenación crea las condiciones para las especulaciones y el desespero de la gente.

Ante tal situación, la mentalidad militar suele responder con medidas de fuerza: ¡Muerte al especulador! Y los ministros de la economía, acostumbrados a obedecer y que pudieran encontrar soluciones con sólo recurrir a sus libros de texto, se resignan a ser reemplazados por las fuerzas del orden, por la Fuerza Armada Bolivariana y las milicias.

Lo grave es que estos desequilibrios en el área monetaria afectan a todo el resto de la economía nacional y terminan arruinando, como ya está a la vista, a los sectores populares y la clase media que deben padecer una inflación, un desempleo y un desabastecimiento cada vez más pronunciados y feroces.