El Mercosur cierra filas y prepara una dura declaración contra la UE
No me gusta Cristina, pero en este punto estamos totalmente de acuerdo. Las sanciones de la UE a la inmigracion ilegal son inhumanas, y no favorecen en nada a nuestros paises latinoamericanos. De acuerdo con ella que nuestros paises latinos le dieron la bienvenida a millones de inmigrates de Europa.
vdebate reporter
LA NACION-ARGENTINA 01/07/2008
El Mercosur cierra filas y prepara una dura declaración contra la UE
Cristina Kirchner transmitirá a Zapatero el malestar con la Directiva de Retorno
Martes 1 de julio de 2008 Publicado en diario de hoy
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- Asimetrías entre naciones pequeñas y grandes, un código aduanero inconcluso, crisis energéticas recurrentes, rivalidades personales. A los mandatarios del Mercosur y de sus países asociados no les faltan temas que los enfrenten. Sí necesitaban uno que los uniera en un consenso pleno para reforzar la aguada identidad del bloque. Europa se los dio.
Reunidos en Tucumán, los líderes de la región apuntarán hoy sus cañones, con una declaración fuerte y sin fisuras, contra la robustecida política migratoria de la Unión Europea (UE).
"Nosotros somos los países que nos abrimos a los europeos corridos por el hambre, la miseria, los conflictos bélicos, por los totalitarismos, y ahora que ellos son parte de sociedades desarrolladas tratan a los inmigrantes como delincuentes. Europa perdió su memoria", dijo el titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, Carlos "Chacho" Alvarez.
El blanco de la irritación al unísono de los jefes de Estado es la Directiva de Retorno, la norma que criminaliza de facto uno de los fenómenos que más alimentan y, a la vez, atemorizan a la Europa de hoy.
La medida sanciona la inmigración irregular con hasta 18 meses de prisión, deportación y prohibición de ingreso por cinco años. Unos ocho millones de inmigrantes estarían así en riesgo de expulsión.
Desde que el Parlamento Europeo la aprobó, el 18 de junio pasado, la norma provoca todo tipo de cuestionamientos en América latina, región que, tan sólo en la última década, ha empujado a millones de personas hacia el Viejo Continente.
Los mandatarios más moderados, como el uruguayo Tabaré Vázquez, la chilena Michelle Bachelet y el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, la describen como "insensible", "vergonzosa" y "xenófoba".
Los más radicales, como Rafael Correa y Hugo Chávez, evalúan tomar represalias directas. El presidente ecuatoriano advirtió que estudia cortar el diálogo con la UE; el venezolano, siempre proclive a las amenazas, y más si son contra alguna potencia, dijo que perseguiría las inversiones europeas en su país.
A cargo de la presidencia pro témpore del Mercosur, la presidenta argentina, Cristina Kirchner, prefiere una declaración contundente antes que una acción directa.
"El bloque regional se expresará nuevamente con firmeza respecto de la ley migratoria de la UE", anunció ayer el canciller argentino, Jorge Taiana. El funcionario describió la Directiva de Retorno como "un retroceso de derechos humanos". Con cierto orgullo, allegados a él agregaron, a modo de ejemplo de "apertura", que la contracara del cerrojo migratorio europeo es la liberación de fronteras que permitirá a los sudamericanos viajar sin pasaporte por la región, luego de la Cumbre de Tucumán (ver Pág. 8).
La declaración de mandatarios no sólo será firme. Según dijeron fuentes oficiales a LA NACION, el gobierno argentino espera además que el documento cuente con la fuerza de ser el "primer rechazo de un bloque" a la norma, que afecta a América latina y también a Africa, Europa del Este, Medio Oriente y Asia.
La medida europea entrará en vigor en 2010 y dirigentes del Mercosur llamaron a los mandatarios regionales a unir, en los próximos dos años, su inusual vigor de bloque con la Organización de Estados Americanos (OEA) para impedir la aplicación de la directiva.
Proyección internacional
En este nuevo round entre el Mercosur y la UE, la presidenta argentina intentaría encontrar un espacio que hasta hoy mucho buscó pero le fue esquivo: el de jefa de Estado con proyección internacional.
El gobierno de Cristina Kirchner sería, según confiaron fuentes oficiales, el mensajero del Mercosur.
La Presidenta y su canciller transmitirían al jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y a su ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Moratinos, el arraigado malestar sudamericano con la Directiva de Retorno en su próximo viaje a la península, en unas semanas.
España es el miembro de la UE que más inmigrantes latinoamericanos recibe, en especial ecuatorianos, colombianos y argentinos. Es también uno de los países europeos que más se beneficiaron con el aluvión migratorio del siglo XXI.
Si Irlanda creció exponencialmente, en parte, gracias a los inmigrantes de Europa del Este, España lo hizo sobre la base de quienes llegaron de Marruecos y de América latina. En 2006, un informe del gobierno español indicó que el 30% del crecimiento del PBI local en los 10 años anteriores debía ser "asignado al proceso de inmigración".
Los números son atractivos, pero no serán sinónimo de cálida bienvenida al reclamo del Mercosur llevado por la presidenta Kirchner.
Rodríguez Zapatero reaccionó con furia la semana pasada a las intensas críticas de la prensa, ONG y parte de la izquierda de su país a la Directiva de Retorno.
El jefe de gobierno dijo que esos cuestionamientos sólo podían proceder de la "ignorancia supina o la demagogia irresponsable" y aseguró que la norma es un "avance importantísimo" en la política migratoria europea. Es muy improbable que Zapatero llame a Fernández de Kirchner, o, para el caso, a sus pares sudamericanos, "ignorante" o "demagoga".
Pero el jefe del gobierno español es el nexo entre América latina y una UE que se endurecerá aún más con la inmigración, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer (ver aparte).
Tironeado, Zapatero podría así enfriar no sólo la inquietud de la presidenta argentina, sino también el repentino espíritu de bloque que el Mercosur encontró ante la UE y su polémica política migratoria.
Por Inés Capdevila Enviada especial
El Mercosur cierra filas y prepara una dura declaración contra la UE
Cristina Kirchner transmitirá a Zapatero el malestar con la Directiva de Retorno
Martes 1 de julio de 2008 Publicado en diario de hoy
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- Asimetrías entre naciones pequeñas y grandes, un código aduanero inconcluso, crisis energéticas recurrentes, rivalidades personales. A los mandatarios del Mercosur y de sus países asociados no les faltan temas que los enfrenten. Sí necesitaban uno que los uniera en un consenso pleno para reforzar la aguada identidad del bloque. Europa se los dio.
Reunidos en Tucumán, los líderes de la región apuntarán hoy sus cañones, con una declaración fuerte y sin fisuras, contra la robustecida política migratoria de la Unión Europea (UE).
"Nosotros somos los países que nos abrimos a los europeos corridos por el hambre, la miseria, los conflictos bélicos, por los totalitarismos, y ahora que ellos son parte de sociedades desarrolladas tratan a los inmigrantes como delincuentes. Europa perdió su memoria", dijo el titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, Carlos "Chacho" Alvarez.
El blanco de la irritación al unísono de los jefes de Estado es la Directiva de Retorno, la norma que criminaliza de facto uno de los fenómenos que más alimentan y, a la vez, atemorizan a la Europa de hoy.
La medida sanciona la inmigración irregular con hasta 18 meses de prisión, deportación y prohibición de ingreso por cinco años. Unos ocho millones de inmigrantes estarían así en riesgo de expulsión.
Desde que el Parlamento Europeo la aprobó, el 18 de junio pasado, la norma provoca todo tipo de cuestionamientos en América latina, región que, tan sólo en la última década, ha empujado a millones de personas hacia el Viejo Continente.
Los mandatarios más moderados, como el uruguayo Tabaré Vázquez, la chilena Michelle Bachelet y el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, la describen como "insensible", "vergonzosa" y "xenófoba".
Los más radicales, como Rafael Correa y Hugo Chávez, evalúan tomar represalias directas. El presidente ecuatoriano advirtió que estudia cortar el diálogo con la UE; el venezolano, siempre proclive a las amenazas, y más si son contra alguna potencia, dijo que perseguiría las inversiones europeas en su país.
A cargo de la presidencia pro témpore del Mercosur, la presidenta argentina, Cristina Kirchner, prefiere una declaración contundente antes que una acción directa.
"El bloque regional se expresará nuevamente con firmeza respecto de la ley migratoria de la UE", anunció ayer el canciller argentino, Jorge Taiana. El funcionario describió la Directiva de Retorno como "un retroceso de derechos humanos". Con cierto orgullo, allegados a él agregaron, a modo de ejemplo de "apertura", que la contracara del cerrojo migratorio europeo es la liberación de fronteras que permitirá a los sudamericanos viajar sin pasaporte por la región, luego de la Cumbre de Tucumán (ver Pág. 8).
La declaración de mandatarios no sólo será firme. Según dijeron fuentes oficiales a LA NACION, el gobierno argentino espera además que el documento cuente con la fuerza de ser el "primer rechazo de un bloque" a la norma, que afecta a América latina y también a Africa, Europa del Este, Medio Oriente y Asia.
La medida europea entrará en vigor en 2010 y dirigentes del Mercosur llamaron a los mandatarios regionales a unir, en los próximos dos años, su inusual vigor de bloque con la Organización de Estados Americanos (OEA) para impedir la aplicación de la directiva.
Proyección internacional
En este nuevo round entre el Mercosur y la UE, la presidenta argentina intentaría encontrar un espacio que hasta hoy mucho buscó pero le fue esquivo: el de jefa de Estado con proyección internacional.
El gobierno de Cristina Kirchner sería, según confiaron fuentes oficiales, el mensajero del Mercosur.
La Presidenta y su canciller transmitirían al jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y a su ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Moratinos, el arraigado malestar sudamericano con la Directiva de Retorno en su próximo viaje a la península, en unas semanas.
España es el miembro de la UE que más inmigrantes latinoamericanos recibe, en especial ecuatorianos, colombianos y argentinos. Es también uno de los países europeos que más se beneficiaron con el aluvión migratorio del siglo XXI.
Si Irlanda creció exponencialmente, en parte, gracias a los inmigrantes de Europa del Este, España lo hizo sobre la base de quienes llegaron de Marruecos y de América latina. En 2006, un informe del gobierno español indicó que el 30% del crecimiento del PBI local en los 10 años anteriores debía ser "asignado al proceso de inmigración".
Los números son atractivos, pero no serán sinónimo de cálida bienvenida al reclamo del Mercosur llevado por la presidenta Kirchner.
Rodríguez Zapatero reaccionó con furia la semana pasada a las intensas críticas de la prensa, ONG y parte de la izquierda de su país a la Directiva de Retorno.
El jefe de gobierno dijo que esos cuestionamientos sólo podían proceder de la "ignorancia supina o la demagogia irresponsable" y aseguró que la norma es un "avance importantísimo" en la política migratoria europea. Es muy improbable que Zapatero llame a Fernández de Kirchner, o, para el caso, a sus pares sudamericanos, "ignorante" o "demagoga".
Pero el jefe del gobierno español es el nexo entre América latina y una UE que se endurecerá aún más con la inmigración, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer (ver aparte).
Tironeado, Zapatero podría así enfriar no sólo la inquietud de la presidenta argentina, sino también el repentino espíritu de bloque que el Mercosur encontró ante la UE y su polémica política migratoria.
Por Inés Capdevila Enviada especial
Etiquetas: Cristina Kirchner, inmigración, UE
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