Detienen a un general colaborador de Hugo Chávez a petición de EE UU

EWALD SCHARFENBERG Caracas 24 JUL 2014 - 20:38 CEST

Hugo Carvajal, un general retirado del Ejército venezolano y uno de los más cercanos colaboradores del fallecido presidente Hugo Chávez, fue detenido este jueves en Aruba, isla-nación a 25 kilómetros de las costas de Venezuela.

Carvajal fue nombrado el pasado enero cónsul general de Venezuela en Aruba por el actual presidente Nicolás Maduro. Se encontraba en la isla en espera del visto bueno a su nombramiento por parte del Gobierno de Holanda, antigua metrópoli colonial que mantiene la responsabilidad en los asuntos de Defensa y Relaciones Exteriores del Estado insular.

La detención se habría producido a petición de la justicia de Estados Unidos, que busca su extradición. Carvajal figura en la llamada Lista Clinton del Departamento del Tesoro norteamericano desde 2008, cuando era oficial activo y jefe de la inteligencia militar venezolana. En ella se incluyen los nombres de personalidades extranjeras a las que Washington congela cuentas y propiedades por sus vínculos con el tráfico de drogas. El Gobierno de Caracas rechazó enérgicamente la detención “ilegal y arbitraria” del funcionario venezolano, alegando su estatus diplomático, y pidió a Holanda su liberación.

Otros dos militares venezolanos, hoy gobernadores de provincias por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Ramón Rodríguez Chacín —exoficial de la Armada, gobernador del Estado de Guárico— y Henry Rangel Silva —exoficial del Ejército y exministro de Defensa, al frente del Estado de Trujillo—, aparecen también en la lista. Cuando el trío fue incorporado, el Departamento del Tesoro señaló que los militares “proporcionaron asistencia militar a las actividades de narcotráfico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una organización narcoterrorista”.

Tanto Chacín como Rangel estuvieron vinculados a los servicios secretos del Gobierno chavista. Pero, a diferencia de ellos, Carvajal mantuvo siempre un perfil bajo que lo fue convirtiendo en leyenda. La revista Semana de Bogotá llegó a bautizarlo en 2008 como “El Montesinos de Chávez”, en alusión al asesor de inteligencia de Alberto Fujimori, presidente peruano entre 1990 y 2000.

Apodado El pollo, Carvajal se graduó como oficial del Ejército en 1981. Junto a su compañero de promoción, el también exgobernador chavista Ronald Blanco La Cruz, participó en la intentona que comandó el entonces teniente coronel Hugo Chávez en febrero de 1992. Se convirtió en hombre de confianza del líder revolucionario quien, ya presidente, lo nombró en dos ocasiones jefe de la Dirección General de Inteligencia Militar (DIM) y en una mueca irónica que parecía dirigida a Washington, en 2012 lo puso a cargo de la recién creada Oficina Nacional contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento del Terrorismo.

En los bajos fondos de la contrainteligencia, a Carvajal le correspondió vérselas con la guerrilla colombiana y los capos del tráfico de drogas, que lo habrían captado. Durante años, se le ha mencionado en la prensa colombiana y estadounidense como responsable de operaciones para refugiar en Venezuela a jefes guerrilleros y del narcotráfico. En los correos electrónicos presuntamente hallados en las computadores del abatido líder guerrillero de las FARC, Raúl Reyes, procesados por el británico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), Carvajal aparece como coordinador para obtener sistemas sofisticados de armas para las fuerzas irregulares. También se le ha relacionado con la muerte en 2007 de dos oficiales del Ejército colombiano, infiltrados en una columna de las FARC que actuaba en Venezuela.

La designación de Carvajal como cónsul en Aruba había despertado suspicacias. Aruba es un paraíso fiscal. Holanda se demoró de manera inusual en la concesión del plácet consular, lo que dio tiempo para tramitar la petición norteamericana de captura.

Esta detención constituye una escalada en la presión de Washington sobre Caracas. Tras la violenta represión contra las protestas que en febrero pasado recorrieron Venezuela, que se saldaron con 43 muertes y más de 3.000 detenidos, y la prisión para varios dirigentes políticos como Leopoldo López, parlamentarios norteamericanos intentaron activar sanciones contra las autoridades chavistas y sus socios empresariales. Esas iniciativas fueron bloqueadas por el Departamento de Estado. Con todo, la captura de Carvajal representaría un mensaje de firmeza para Caracas.