jueves, 19 de febrero de 2009

Urge un movimiento para rescatar al CNE

Si se demostrara el fraude en las elecciones del 15F los resultados serian nulos.
vdebate reporter
Urge un movimiento para rescatar el CNE
Por: Alejandro Peña Esclusa

El objetivo de este escrito es presentar una propuesta que unifique los esfuerzos de todos los venezolanos en una sola dirección, con el fin de recuperar el equilibrio y la armonía en nuestro país. Las premisas son las siguientes:

La oposición está divida en dos bloques: los que participan en elecciones y los abstencionistas. Sin embargo, esta división es artificial, puesto que todos los venezolanos queremos votar. Sin embargo, quienes se abstienen no lo hacen por obstinación, sino porque desconfían –con toda razón– del Consejo Nacional Electoral.

Hay quienes piensan –justificadamente– que se comete fraude en las elecciones. Los informes de www.esdata.info sobre las irregularidades del sistema electoral son contundentes y esclarecedores. Pero incluso aquellos rechazan la tesis del fraude, desconfían del CNE.

¿Y cómo no dudar de un CNE compuesto mayormente por militantes del oficialismo, cómo no dudar de unas máquinas electrónicas programadas por Smartmatic, de unas captahuellas que intimidan al votante, y de un REP abultado de la noche a la mañana? No es necesario demostrar el fraude, basta con que haya duda para que un sistema electoral sea inviable e inoperante.

La duda también carcome a los chavistas, que no saben a ciencia cierta si su comandante cuenta con el apoyo de las mayorías, o si la revolución es una farsa, basada en una multimillonaria campaña propagandística.

Cuando un sistema electoral no cuenta con la confianza de los ciudadanos; cuando los comicios ya no sirven para dirimir las diferencias entre los diversos sectores; entonces surge la tentación de usar la violencia para hacer valer lo que cada quien considera ser la voluntad popular. Hay muchos casos en la historia que así lo demuestran, como por ejemplo, la España de 1936.
Por lo anteriormente expuesto, conviene a todas las partes recuperar la confianza en el sistema electoral, cambiando los actuales rectores del CNE por otros sin militancia política; eliminando las máquinas electrónicas de votación y las captahuellas, para regresar al voto manual y al conteo total de las cajas; y depurando el Registro Electoral Permanente.

Un sistema electoral confiable es la puerta de entrada para recuperar la institucionalidad del resto de los poderes públicos, como la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia.
Urge crear un gran movimiento nacional por el rescate del CNE, que, entre otras iniciativas, pida la nulidad del referendo realizado el pasado 15 de febrero. Después de todo, el oficialismo anuló –de facto– el referendo del 2 de diciembre de 2007.
Lo que es igual no es trampa.
Podría argumentarse –correctamente– que el gobierno jamás aceptará cambiar el CNE. Pero hay que forzarlo, mediante una presión social sin precedentes. No estamos pidiendo una dádiva, sino un exigiendo derecho fundamental.

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