miércoles, 6 de febrero de 2008

Campanazos inflacionarios

VenEconomía Opina 06-02-2008
Campanazos inflacionarios


Tradicionalmente enero es un mes de baja inflación, incluso de inflación negativa, debido a las ofertas post navideñas y a la disminución estacional del renglón de hortalizas y legumbres. Sin embargo, este enero de 2008 fue una excepción a esa regla. El año arrancó con un alza en el Índice de Precios al Consumidor del Área Metropolitana de Caracas (IPCAMC) de 3,4%, 1,4 puntos porcentuales más que en enero de 2006.

La inflación de este enero es la tercera más alta en los 58 años transcurridos desde 1950, siendo el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas el que tuvo mayor impacto inflacionario con un incremento de 4,8%, en el mes, y de 32% en los últimos 12 meses.

La inflación más alta durante los últimos 50 años fue la de enero de 1996, cuando llegó a 8,1%. En esa oportunidad, el Gobierno de Rafael Caldera, devaluó y realizó ajustes importantes en los precios que venían controlados. La segunda inflación más alta se registró en enero de 1994 (4,3%) en plena crisis bancaria, cuando Rafael Caldera iniciaba su segundo Gobierno. Ese impulso inflacionario se debió principalmente a la entrada en vigencia del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y a políticas proteccionistas de entonces.

En este enero de 2008, un factor que habría impactado a la inflación es que el Banco Central cambió de base para su punto de partida, y está utilizando ahora la base de diciembre de 2007; además está trabajando con una nueva canasta de bienes y servicios que refleja el consumo familiar de 2005, y no el de 1995 utilizado en el cálculo del IPC hasta ahora. En la nueva canasta, el peso de los alimentos, que es el rubro que más sube, representa el 25,6%, en vez de 22,9% como antes.

Pero, lo que más llama la atención es que el índice de los bienes y servicios controlados subió 3,4%, al igual que el de los bienes y servicios no regulados. Esto, dejando los tecnicismos a un lado, es una clara evidencia de que la política de controles del Gobierno de Chávez ha fracasado. No existe nada que evite el impacto inflacionario que golpeará al bolsillo de los venezolanos durante todo 2008.

Al Gobierno sólo le quedan dos salidas para tratar de enfrentar esta situación: Una es liberar los precios y devaluar la moneda de una sola vez. La otra, es correr la arruga hasta el límite de más no poder.
Aunque, la primera salida pareciera a simple vista la menos deseable pues se asesta el golpe ahora de una sola vez, sería la más lógica pues es la menos costosa para la población a mediano plazo. Sin embargo, lo más probable es que el Gobierno no escoja esta vía, teniendo en cuenta que se está jugando su poderío regional en los comicios de noviembre.

Si, como se sospecha, el Gobierno persiste en correr la arruga, el trauma será mucho mayor en costos sociales, y podría terminar en un caos similar al Caracazo de 1989 propiciado por las erradas políticas económicas del Gobierno de Jaime Lusinchi.
Cabe recordar que cuando un paciente se enfrenta a un cáncer, es mejor extirparlo que tratarlo con aspirina.

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