sábado, 9 de junio de 2007

A Maripili Hernandez - El miserable plan B

Mary Pili: La mayoría venezolana, que es pobre, no se ira de Venezuela aunque quiera. Y Ud. porque habla con tanto resentimiento? Porque la gente que trabaja no tiene derecho a expresarse y a vivir una vida cómoda? Aunque Marcel Granier hable así con su "mami" los venezolanos tenemos derecho a escoger que queremos ver y quien queremos que nos gobierne. Porque admiro a Marcel Granier? Porque pudo haberse ido hace mucho tiempo, y no se ha ido; se ha quedado defendiendo NUESTRA libertad de expresión!
Si porque a nuestro gobierno, al que tú defiendes, le importan los venezolanos. Lo que realmente le importa es imponerse como líder, que no es, el poder y malbaratar todo nuestro dinero para comprar conciencias. La gente que trabaja para el gobierno de Chávez no ama la patria, aman el dinero que ello les genera, los lujos y las ventajas que esto les ha traído.
Si te gusta Cuba, veta para allá y deja que los venezolanos decidamos que queremos.
A este gobierno impuesto e ilegitimo lo tenemos que sacar los venezolanos, nadie más. No esperamos a ningún "Marine" porque en ese caso preferiría a Chávez.
Esto será el principio del fin, lo único que nos queda es tener paciencia, porque la”verdad” Ni se compra, Ni se vende!.
Rosalba G.
vdebatereporter
EL NACIONAL - Jueves 07 de Junio de 2007 NACION/5
El miserable plan B
MARY PILI HERNÁNDEZ
mphelnacional@yahoo.com

Ellos se van. Incendian las calles, dejan a los niños sin escuela, montan sus guarimbas, nos quitan la paz, y nada les importa porque al final se van. Los que van a sufrir no serán ellos. Su autoexilio en Miami o sus vacaciones en Aruba, están garantizadas. Ya supimos de eso en la época del nunca olvidado paro petrolero. Y todo porque ellos tienen su plan B.
En una grabación que ha sido publicada esta semana, la cual puede ser escuchada en youtube.com, se le atribuye a Carlos Granier un diálogo de antología con su señora madre. En dicha conversación, el señor Carlos Granier le confesaría a su "mami" (así la llama todo el tiempo) que venía de "quemar las calles" (sic) manifestando que lo hacía porque "esta es nuestra última oportunidad".
Más allá de lo anecdótico del diálogo en el cual el hijo menciona que le dio asma debido a la cantidad de humo que tragó y la madre le sugiere, en un tono muy protector, que si va a seguir en eso debe pasar por su casa a buscar una máscara antigas que ella le puede prestar, lo insólito de esta grabación es que demostraría que, en el fondo, no hay una preocupación sincera por el país, que las razones que realmente moverían a este tipo de individuos a realizar acciones como estas, a estar "guarimbeando durante cuatro días consecutivos" son meramente económicas, ya que él mismo confesaría su preocupación por su negocio, pues sus dos principales clientes, Cantv y RCTV ahora los controla el gobierno.
Pero, peor aún, es escuchar la confesión de que, en el caso de que no se logre definitivamente desestabilizar al gobierno, ahora sí se irían del país. En otras palabras, no le importa lo que suceda en las calles, porque tiene la posibilidad de poner a su familia a buen resguardo, tomando un avión y huyendo del caos que
él mismo propició. Cinismo del más puro. Indolencia de la más cruel. Para justificar sus actitudes, estos antipátridas se inventan cualquier cantidad de leyendas: que si Chávez les va a quitar la patria potestad de sus hijos, que si tienen más de dos habitaciones en su casa los pondrán a vivir con otra familia, que si van a eliminar los tintes de cabello, el maquillaje y hasta las toallas sanitarias. Inventan, sin ningún pudor y con la más inmensa desfachatez, que supuestamente en nuestro país torturan a menores de edad, que cada media hora ponen preso a un adolescente, que no los dejan protestar y que, ¡increíble!, en Venezuela no existe libertad de expresión.
Lo patético es que nadie les cree sus estúpidas historias y ellos lo saben, pero necesitan generar toda una mitología urbana que psicológicamente justifique su traición. Y es exactamente el plan B el punto que nos diferencia. Ellos tienen plan B, incluso C y D, pero el pueblo sólo tiene plan A, que es el único plan que puede tener alguien que ame la patria: vivir en ella y hacer todo lo que esté a nuestro alcance "para ayudarla a parir pa’que se ponga bonita", como decía el maravilloso Alí Primera. Su plan B es salir corriendo a pedir un asilo absurdo en Miami, mientras que el único plan de nosotros es tener tataranietos en esta tierra y defenderla con la vida, si fuera necesario. Si ellos sólo tuvieran plan A, si por alguna razón no pudieran irse del país, si tuvieran que navegar en este barco sin poderse bajar, otro gallo cantaría. Pensarían mejor cada vez que exacerbaran las emociones para convocar a la violencia, cada vez que invocan a una guerra civil, cada vez que sugieren un magnicidio o un golpe de Estado, cada vez que suspiran con la esperanza de ver a los marines desembarcar... eso sí, por televisión internacional, tomando piña colada en Coral Gables.

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