Revolución con muerte

EL NACIONAL

Sábado 09 de Junio de 2007

Opinión - El Editorial

Revolución con muerte Hampa y estudiantes

Este jueves los familiares del comerciante Antonio Salas se quejaban, amargamente, de cómo éste había sido asesinado por tres atracadores que le dispararon para apoderarse de su automóvil. El hecho ocurrió en El Manicomio, popular barrio de Caracas, y los vecinos denunciaban con vehemencia la total inseguridad en que viven a diario.

En la zona han ocurrido tres asesinatos en dos semanas. La cuñada de Salas comentó con dolor que "el Gobierno no hace nada, sólo habla del imperialismo y de los enemigos que están en el exterior.

Pero la verdad es que los enemigos están aquí adentro, y son los malandros".

También esta semana la prensa recogía el caso de un joven que fue asesinado para robarle una gorra de beisbol que, a decir de los testigos, era muy costosa. ¿Pero quizás tanto como para quitarle la vida?

Ya resulta inaceptable que a los motorizados los maten a diario para quitarles sus motos, y que a los conductores de busetas y taxis los fusilen sin misericordia los hampones. Y sin embargo, el horror no termina allí: ayer en Guacara descubrieron siete cadáveres con tiros de gracia en la nuca. Dos de las víctimas eran mujeres y una de ellas estaba embarazada.

Lo cierto es que el hampa está derrotando al Gobierno en todos los frentes y lo peor es que la gente confió en que un régimen presidido por militares iba a imponer el orden. Nada más errado, ya que si en alguna república se ha sentido la delincuencia a sus anchas, ella es la muy bolivariana quinta república: los sectores populares viven encerrados en sus casas para no caer en medio de una balacera entre pandillas.

En esta semana el Gobierno lanzó a la calle a centenares de guardias nacionales vestidos como si fueran a una Guerra de la Galaxias. ¡Qué idiotez militar y qué exilio de la realidad! Unos miles de estudiantes armados de razones y proclamando una actitud pacífica generan una respuesta desproporcionada de parte de las autoridades. En cambio, el asesinato sistemático de gente humilde y de venezolanos honestos es considerado porMiraflores como "algo normal".

Mientras tanto crece el poderío de la FAN, nuevos y mejores aviones "surcan los cielos de la patria", fusiles y helicópteros rusos llegan a montón, centenares de agentes de seguridadprotegen al Presidente y a sus ministros, a sus diputados y funcionarios, a sus gobernadores y alcaldes. Y para el pueblo y para el resto de la clase media sólo queda una instancia de salvaguarda: encomendarse a Dios y a la santísima Virgen.

¿Puede este Gobierno, indefenso y débil ante la arremetida del hampa, de la corrupción, de los paramilitares y de los secuestradores, hablar de protección y soberanía? Más allá de las parcialidades políticas, que no son chalecos antibalas porque igual matan a bolivarianos que a opositores, lo que hay que exigir es que, por bienestar de todos los venezolanos, Miraflores decrete la misión seguridad.

Si no lo hace es porque malandros y Gobierno van de la mano.

Y eso, válgame Dios, no es verdad. ¿O sí?