PONCHE CANTADO
Charito Rojas
Ponche cantado
Lo que siente el venezolano, víctima de la más criminal ineficiencia que se haya visto en gobierno alguno, no es una molestia común. No, es una madre arrech... porque ya esto se pasó de castaño oscuro. Los habitantes de esta bolivariana república vienen soportando once años de conflictos políticos, de inseguridad desbordada, de depreciación económica. Al cúmulo de problemas que un gobierno inepto ocasiona, ahora se agrega la crisis de servicios y la devaluación de la moneda.
El pueblo está furioso, impaciente. No hay nada que moleste más que salir de casa en la mañana sin bañarse y sin desayunar. No hay luz, agua, gas ni dinero para comprar comida. Estamos salados. Cansados de escuchar que la culpa de las mil plagas que nos azotan es del imperio, del Niño, de los oligarcas y de la Cuarta República, mientras el régimen se dedica a gastar los recursos nacionales en torcernos el brazo para que seamos comunistas y en comprar voluntades de paisitos pobretones que dan el voto a cambio de un tambor de gasolina.
Después de haberse gastado 950.000 millones de dólares (quien sabe si más) en once años no aceptamos que nos den excusas para no haber construido al menos un embalse por estado, para no tener una electrificación acorde con el crecimiento del consumo, para no haber construido miles de casas, cientos de escuelas y unas decenas de hospitales. No hay razón para que las vías del país sean de quinto mundo, que no haya construido autopistas, puentes y vías rurales. No tiene perdón que con tantos recursos, los venezolanos tengan una educación de ínfima calidad, que mueran de mengua en las puertas de los hospitales, que sean masacrados, secuestrados, robados por una delincuencia que se siente parte del "proceso" gracias a la impunidad que le brindan. Es una canallada que el único índice que haya subido en este país en 11 años sea el de la corrupción. Estamos hartos que el Presidente y sus secuaces insulten llamando a quienes quieren vivir decentemente, "burguesitos", "disociados", "escuálidos", "pendejos" y otras ofensas más, intolerables en quien nos debe respeto y protección.
Las consecuencias de escoger para que dirija un país de 26 millones de habitantes sentado en un pozo de petróleo, a quien hasta el momento de su elección solo sabía acerca de cómo gritarle a su tropa, la estamos pagando a sangre y fuego. La destrucción de las instituciones democráticas que estorban para instaurar una autocracia totalitaria, el apoderamiento de tierras e industrias, el cierre del comercio formal por quiebra o expropiación, la intervención del gobierno en todos los aspectos de la vida personal de los ciudadanos, a través de leyes servilmente aprobadas, el asalto a la propiedad privada y la negación a la libertad de expresión, son apenas algunas de las consecuencia del uso criminal del poder por parte de un grupúsculo contra un país.
Estamos plagados de calamidades, nada parece funcionar bien en Venezuela y los ciudadanos están cada vez más desamparados, sin leyes que los protejan contra la codicia ilimitada de un poder omnímodo. Aparte de los sinsabores del desempleo, la carencia de servicios, transporte, asistencia social, tenemos el dolor de las separaciones, de las familias rotas por el odio político que enfrenta dos partes del país, de la ausencia de familiares y amigos que cada vez en mayor número se marchan buscando seguridad, paz y trabajo. Y el dolor de ver cómo se desangra nuestro país, con más de 150 muertes violentas a la semana, con el 60% de las familias guardando luto por un ser querido, entregando el fruto de una vida de trabajo para pagar un infame secuestro o llorando las heridas causadas por la delincuencia.
Nada esta seguro en este régimen revolucionario, ni la vida, ni los bienes ni la libertad. Quieren imponer una sola visión, una sola opinión, una sola línea de acatamiento. Quieren imponernos el silencio de los indignos. El cierre de medios de comunicación, la persecución infame blandiendo leyes inventadas por ellos mismos está haciendo el efecto contario al que quieren. El cierre de RCTV Internacional, por segunda vez, esta removiendo fibras de indignación y rebeldía en un pueblo harto de ignominias y de mal vivir.
Si el Comandante hubiera cumplido lo que ofreció: eliminar la corrupción y el clientelismo, acabar con la pobreza, brindar igualdad de oportunidades, en fin, dar felicidad a Venezuela, hubiéramos soportado la estúpida cháchara del socialismo del siglo XXI, como hemos soportado las habladeras de tonterías de todos los políticos. Pero que tenga al país pasando trabajo y que encima pretenda arrodillarlo es como mucho.
El sabe que está ponchao. Sus ratas, perdón, sus funcionarios ya comienzan a abandonar el barco. El desfile de aviones privados aterrizando con las familias de altos funcionarios es la comidilla en Miami y Panamá. Esta vez la cortina de humo que quiso echar sobre la dramática devaluación del bolívar, expropiando Exito y cerrando RCTV, se le ha convertido en una cortina explosiva. Y de verdad, estamos hasta la coronilla de este gobierno tan malo, tan hablador y ofensivo, tan incapaz y patán, tan palurdo y antipático, tan irresponsable y gastivo.
Oigo disparos de perdigones y huelo el "gas del bueno" con que nos obsequia el Comandante. Y creo que mientras más nos jo...robe, más cerca estará el fin de esta historia de terror.
Etiquetas: Charito Rojas, Chavez estas Ponchao, Estudiantes, Hugo Chavez, Inseguridad, protestas, Racionamiento electrico
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