jueves, 24 de enero de 2008

Vallas anónimas en Bogotá



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1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

He visto nuevamente las fotos de Ingrid Betancourt antes y ahora y les escribo este breve mensaje como madre venezolana. La carta a su madre conmovió mi alma y humedeció mis ojos y se que como ella, muchos otros que ya han perdido la esperanza en el olvido del tiempo en Colombia y en muchas otras partes del mundo.
Siento un gran dolor como sólo una madre puede sentir, porque Dios nos da esa sensibilidad cuando tenemos un hijo. Me pongo en lugar de la Madre de Ingrid y lloro.
Pero mi dolor no termina aqui, es más profundo, porque duele profundamente vivir en un país (Venezuela)en el cual el Presidente pide derechos para la FARC, unos criminales que privan de libertad a la gente impunemente, sin la más mínima fibra de sensibilidad humana. Mi sufrimiento es mayor y tiene que ver con el dolor de tener a mi país en manos de alguien como esa persona. Pido a Dios y a la vida que este dolor nunca se extienda a nosotras las Madres venezolanas y a todas las Madres del mundo. Pido a Dios clemencia para Ingrid y para todos los presos que sufren tanto como élla y para los niños sumidos en la pobreza, com los de mi país y el mundo.
Una Madre Venezolana, que tiene dos hijos hermosos, pero que los tiene libres y puede verlos o hablar con ellos en todo momento y que pide a Dios que nunca perdamos esto ...!!

25 de enero de 2008, 6:41 a.m.  

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